miércoles, 14 de diciembre de 2011

Un cóctel salvaje

Pues ya lo ven. Un cóctel salvaje mano a mano entre la eminente Lucía Etxebarría y nuestra Grace Morales. El mejor modo posible para presentar ante lo más selecto de la sociedad madrileña la aclamadísima "Otra dimensión". Una cita que usted no puede perderse. Saque ipso-facto su agenda electrónica y anote: martes 20 de diciembre a partir de las ocho y media de la tarde en la librería La Fugitiva.
Ya les venimos contando que "Otra dimensión" se ha convertido en la novela de la temporada. Pero es que esto es un no parar. Por ejemplo, nuestra fenomenal compañera Carolina León, en Notodo.com, lo tiene muy claro y para que conste asegura que "Otra dimensión" "te lo hace pasar pipa".
También en el suplemento Cultura/s de La Vanguardia están a la última. "Amor digital" han titulado Jordi Costa y Jonathan Millán su viñeta a mayor gloria de "Otra dimensión". Pueden verla y leerla aquí.

domingo, 4 de diciembre de 2011

"Nada es virtual en esta novela".

Nuestro compañero, maestro y amigo Javier Pérez de Andújar dedica hoy, en el diario El País, unas preciosas palabras a "Otra dimensión":

"A propósito de esto, acaba de salir una novela soberbia y nuestra, porque es de nuestro tiempo y porque entra de lleno en nuestra desesperación. Se titula Otra dimensión y la firma Grace Morales. Sus protagonistas llevan una vida normal con la impresión de llevar una vida de mierda, y viceversa, y se meten Internet por la vena para convertirse en monstruos de hoy (igual que en Escalofrío, una película de finales de los cincuenta, Vincent Price se inyectaba en la sangre un parásito extraño que se alimentaba del miedo). En Otra dimensión lo virtual es el camino más corto para pasar de una realidad a otra. Los personajes se mojan en la vida, la buscan continuamente y se hunden en ella hasta donde más cubre. Los chats, las páginas web, Internet..., todo eso es la droga que utilizan para conseguir transformarse en la persona que de verdad habían querido ser. El ojo del huracán está en los ordenadores, pero nada es virtual en esta novela como nada de lo que ocurre en la vida sucede de modo irreal. A Grace Morales los lectores llevamos mucho tiempo siguiéndola en el fanzine Mondo Brutto y ahora también en la web El Butano Popular. Ha creado un nuevo articulismo de costumbres que viene directamente de Larra (pero esto fue el crítico Jordi Costa el primero que lo dijo), y en todo lo que escribe palpita su sentido del humor, que es el sentido común de la inteligencia, y un sentimiento de fracaso, de impotencia... ante la mayoría absoluta. Porque la mayoría absoluta es el último refugio de los canallas, por parafrasear lo que decía Samuel Johnson del patriotismo. La victoria de la mayoría absoluta se celebra con un desfile de tambores y un solo de batería".

El artículo completo, de lectura obligada, aquí.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Estrellas de la Radio



Grace Morales ha estado en Radioshock, el programa de Popy Blasco, Miguel Agnes, Jimina Sabadú y compañía, para hablar largo y tendido de "Otra dimensión". Usted probablemente se lo haya perdido, pero no tema, gracias a la magia virtual puede mantenerse en la onda escuchando tranquilamente el programa aquí.
Y, entre tanto, Santiago Lorenzo, incansable, conquistaba Cáceres con "Los Millones" y nos dejaba constancia radiofónica de ello. Sintonícelo usted mismo.

martes, 22 de noviembre de 2011

"Una novela sentimental al estilo de los folletines".


Eso, entre otras muchas cosas todas ellas igualmente atinadas, es lo que dice la propia Grace Morales de su preciosa y finisecular criatura, "Otra dimensión". Nuestra escritora favorita habla a propósito de su flamante novela en una entrevista realizada por nuestro admirado Frank G. Rubio en elpulso.es. Y dice más: "La vida está llena de ruido y esta novela tenía que tener una banda sonora omnipresente, que acompañase los movimientos de los personajes. Además, quería ver el efecto que causa pasarse casi cuatrocientas páginas escribiendo sobre superéxitos comerciales, en lugar de alabar con mucha afectación castellano manchega a Joy Division o PJ Harvey". Lea la entrevista completa aquí.

Como es lógico y normal, "Otra dimensión" gana adeptos cada día que pasa. Y, para muestra, valga un insigne botón, Jordi Costa, proclamándose admirado desde su pajarito: "He terminado "Otra dimensión" de Grace Morales y me he quedado mudo. No hace falta que recupere el habla para declararme muy impresionado".
Por eso, no es raro que "Otra dimensión" sea el libro recomendado del mes del Emperador de los Helados en la revista Fotogramas: "en realidad es una suerte de Gran Libro del Fin del Mundo, un mapa de la entropía emocional a la que nos dirigimos todos a 12 Mbps". Ni que faros de la modernidad bien entendida, como el inefable Miguel Agnes, se declaren devotos de la obra de Grace, antes incluso de haber terminado de leérsela: "Lo que sí puedo decir es que, sin pretensiones literarias ni líricas ni nada parecido, consigue hacer un retrato minucioso sobre la soledad, las relaciones humanas y el mundo (madrileño y español) en el que vivimos. Ahí es nada".
Y usted, ¿qué? ¿Todavía in albis? Pues corra, corra a por "Otra dimensión" y entérese de una vez.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Atención extremeños

Santiago Lorenzo estará mañana en Cáceres presentando por aquella tierra de conquistadores su ya clásica novela "Los millones". Será a partir de las 12 de la mañanita en la señera Librería TodoLibros, sita como todos ustedes saben en la calle Camino Llano número 13. Una ocasión única que usted no se puede perder. Tampoco los fans de Grace Morales, ojo, porque Santiago llevará debajo del brazo un taquito de ejemplares de su aclamada "Otra dimensión". Avisados quedan.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Madrileños Todos

"Otra dimensión", la novela finisecular por antonomasia de la simpar Grace Morales, lleva ya unas semanas a disposición de todos los lectores madrileños en los más selectos establecimientos de la capital. De Madrid Comics a Diskpol, de las dos sedes capitalinas de la Librería Antonio Machado al vanguardista escaparate de Tipos Infames o a las clásicas baldas de la Librería Galdós. "Otra dimensión" está haciendo furor, claro. Y también en Arte 9, La Malatesta, The Comic & Co., Elektra, Librería El Tranvía, Librería Iberoamericana, La Integral, Up Beat!, Panta Rhei, Estudio en Escarlata, Libros La Marabunta, Arrebato Libros o La Independiente.

Los lectores de fuera de Madrid tienen todavía que hacer acopio de la madre de la Ciencia, o bien, pedir ipso facto su ejemplar en librosmondo@gmail.com.

Recuerden: El invierno se acerca. Y nada mejor para combatir el fresquibiris que acomodarse bien frente a la chimenea con "Otra dimensión" en las manos.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

"Otra dimensión" de Grace Morales (III)



"El peto vaquero con gorra colocada al revés se acercó con cuidado, como si no quisiera espantar a una lagartija. Cuando estaba a una mano de distancia, la cautela dio paso al alborozo.

- ¡Mira, papá, mira, mira! ¡Está nuevo! ¿Me lo puedo subir a casa?

Papá, con chándal y periódico, inspeccionó visualmente el artefacto.

- ¿Quién lo habrá tirado? Vaya armatoste. Bah, seguro que no marcha.

- No, que está nuevo. Y es de los caros, papá, mira la marca…

- ¿Sí?... Eh… ah, sí, sí, es de los caros –papá miraba las pegatinas en inglés - Pero seguro que no funciona.

- Anda, déjame, porfa… Yo quería uno…

Papá deportista echó una nueva y distinta ojeada al aparato. De los caros. Luego miró a ambos lados de la calle. Vigiló la carretera. No venían coches.

Acomodó el periódico bajo el brazo, se agachó doblando pesadamente las rodillas, y cargó con él.

- ¿Tú sabes cómo se hace para ver si funciona?

- Claro, ¿me lo puedo quedar?

- … A ver qué dice tu madre…

- Yo quería uno… anda… Así te sale gratis… En el cole todos tienen uno. Sirve para estudiar…

- Bueno, venga, coge tú la tele.

- Que no es una tele... Oye, de verdad, que sirve para estudiar… Luego lo podemos conectar a Internet… Mira, me la pongo en la cabeza…

- ¿Conectar a qué?

Padre e hijo, cargados como porteadores de una película de Tarzán, se perdieron entre las callejuelas".

"Otra dimensión", Grace Morales (fragmento).
Ilustración de portada: Keko.
Diseño de portada: Cristina Rivera/Jesús Izquierdo.

viernes, 12 de agosto de 2011

"Otra dimensión" de Grace Morales (II)

Al principio, el ordenador con conexión adsl y Meli no se llevaron bien. Algunas veces, en el trabajo, le habían encargado rellenar una plantilla, y esas jornadas suponían un suplicio para ella, tanto, que le había cogido aprensión. Le daba miedo el ordenador, más que un cacharro útil (“para llevar las cuentas de la casa”, le había dicho su marido), lo veía como un intruso que, como se equivocase en una operación o pulsara la tecla equivocada, podría, ya no sólo estropearse, sino desencadenar una disfunción en el universo. Cuando pitaba al pulsar “enter” o mostraba una de aquellas recurrentes pantallas azules de error, Melita creía que la casa se iba replegar sobre sí misma. Luego nunca pasaba nada, pero tiempo le costó habituarse al ingenio. Si las frases desaparecían o los archivos no se grababan, Meli estaba segura de que el ordenador iba a averiarse, de tal modo que durante unas semanas pensó que estaba cuidando a una mascota, a un ser vivo que se resentía cuando no se realizaban las operaciones correctas, como aquellos animales programados en un llavero que tenías que alimentar y se te cibermorían.

Pero todo eso duró poco tiempo. Melita se acostumbró a las rutinas de su PC, tanto como había hecho con las de su marido, y pronto hizo oídos sordos a los pantallazos y los avisos del sistema. Sin embargo, y en contra de lo que sucedía con la mayoría de los aparatos de la casa, esta domesticación del otrora peligroso ente, no implicó que el PC terminara apilándose con los cacharros olvidados de la pareja (entre la bici estática multitrainer y el masajeador de pies con infrarrojos). Por el contrario, con la conexión a Internet pasó del miedo al entusiasmo en muy poco tiempo.

No fue fácil: si los comandos de Windows 98 habían sido difíciles de aprender, la técnica de moverse por la Red le dio aún más quebraderos de cabeza. Pero se sentía una persona especial al abrir su carpeta de Outlook Express y observar que tenía mensajes nuevos. Era como recibir carta a diario, por sorpresa y llena de esperanza. Meli leía y contestaba todos los emails que recibía, fuesen los chistes o las fotos graciosas que le mandaba Juan Carlos desde el trabajo, o la publicidad de las empresas y cualquier oferta de productos. Daba igual que estuviesen todos en inglés, aquello lo hacía más fascinante. Le encantaba que la escribiesen personas del extranjero, como Vienona Nixen o EfedraIsBack. Sabía que sólo estaban echando propaganda en su buzón, pero que se acordaran de su cuenta de correo la ponía muy contenta. Juan Carlos le advirtió que no contestara, es más, que ni abriera aquellos mensajes, porque no podían traer más que desgracias, y Meli se asustó.

Pero aún a sabiendas de que la peligrosa organización SPAM no estaba interesada en ella, sino en engañar a cuanto incauto abriera sus correos, Melita pasó en un par de meses de ser una pobre náufraga a la deriva en un mar de productos adelgazantes, viagras, antidepresivos y sorteos de vacaciones en lugares de la costa del Pacífico, a convertirse en una experta marinera a los mandos de su cacharrito en la Red. Sorteaba los banners a golpe de clic, mientras iba profundizando en los temas que la apasionaban a través de los portales de Yahoo y Eresmas: los cotilleos de los famosos, las recetas de cocina y las fotos de sus actores favoritos. Todo lo que Melita consideraba que no tenía y necesitaba para salvar su alma estaba en esos contenidos: el brillo satinado de las pieles de los famosos tratadas con un código binario, la exhibición de todo tipo de objetos dorados o de color: lo que necesariamente tenía que hacerle a una feliz. No sólo feliz, sino tranquila, zen, en estado de gracia. El nirvana para la clase media.

La aparición continua en estas páginas de anuncios para encontrar pareja fue lo que desató la pasión. Quizá su nivel de inglés no llegaba para entender las ofertas en medicinas, pero comprendía perfectamente el sentido de aquellas fotos de gente que buscaba novio, sexo, amistad, matrimonio, etc., de forma anónima y gratuita.

El proceso para dar de alta su primera cuenta de correo personal, sin la ayuda de Juan Carlos fue, por decirlo de una manera suave, muy complicado. Melita creía que anotar el nombre y los apellidos, así como imaginar un nick que la identificase, iba a ser lo más parecido a rellenar una ficha policial. Así, su registro en Hotmail, donde realizó su primera cuenta gratuita, tuvo tintes oficiales. De primero, “Melita”, y de segundo, Blancas, su apellido de soltera. El nick que se le ocurrió fue “Meli”, pero como ya estaba cogido, se decidió, siguiendo el mail que compartía con Juan Carlos, por “Melibla”, pero como quiso que le sonara a nombre de leche de crecimiento para bebés, eligió un sugerente “Meliblu”, para desmarcarse del email que compartía con su marido.

Al figurar este encabezamiento en los emails de Meli, “Melita Blancas”, varios de los primeros contactos que accedieron a su dirección, creyeron, al recibirlo, que se trataba de un spam, dadas las combinaciones aleatorias de nombres que se suelen recibir, y que suenan muy parecidos en lo desconcertante, como Leburna Missoska o Sharonda Barranca.

Pero antes de eso, el destino en forma de predicción de las estrellas fue quien la lanzó en la búsqueda de cibercitas.

Melita hacía caso a todo lo que decía la televisión. Las palabras que pronunciaban los programas contenían más verdad que cualquier religión o filosofía práctica. La tele siempre tenía razón. Si el diálogo de unos personajes en una telecomedia la conmovía más que una conversación con su madre, o si las imágenes de un actor besándose con una actriz le provocaban una excitación mayor que las caricias de su marido, es porque la tele tenía poder ilimitado. Así que cuando en el informativo decían que determinada situación política era insostenible, o si al contrario, expresaban su pesimismo frente a una crisis económica o una guerra en el extranjero, todo ello tenía que ser Verdad. La tele tenía ese poder y Melita sentía una empatía enternecedora. Quizás en su entorno social no percibiera tan bien los pequeños dramas o las crisis personales, aunque ella estuviese muy pendiente, pero sin embargo se angustiaba con las noticias del telediario, reía como una niña con los programas de humor y lloraba desconsoladamente cada vez que sucedía una escena emotiva en un reality show. Todos sus sentimientos, su receptividad, estaban alertas y dispuestos a ofrecerse a cambio de nada para las historias y los actores de la televisión. Quizá, en los avatares de la vida real, Melita estaba más curtida e impermeable a la tristeza ajena.

Pero cuando el PC llegó a su casa, la confianza ciega que había depositado en los Hechos de la Tele quedó en un juego de niños comparada con la Palabra del Ordenador. Todo cuanto leía, cuanta ventana se materializaba ante sus ojos, adquiría la seguridad de un principio físico.

Por ejemplo, Melita venía leyendo con mucho interés desde niña las páginas del horóscopo, y también esperaba ansiosa a que llegara su signo cuando la bruja de la tele, desde el programa de entretenimiento, leía la predicción semanal. Pero en Internet era mucho mejor. Podía solicitar una información personalizada, buscar su propio destino en las estrellas preguntando a un vidente virtual. Los spams eran aleatorios y no tenían para nada en cuenta su persona, pero las consultas on line con una vidente, que te contestaba con tu nombre y te mandaba varios emails a lo largo de la semana con consejos espirituales, además de un catálogo de productos esotéricos, ésos sí que la tenían en consideración y la trataban como ella se merecía.

Aparte del abuelo hablando con la tele sin respuesta, y Juan Carlos que de vez en cuando se indignaba y profería insultos a los futbolistas, la interacción con la tele era imposible. Ella se sentaba delante y el televisor sentenciaba. Pero con Internet la cosa era bien distinta: allí podía ser un personaje, ser la protagonista. Incluso, si lo deseaba, borrar su propia persona e inventarse otra. O incluso, crear distintas Melitas según le conviniera.

(Parte I, Cap. 4: La Pasión de Meliblu. Extracto)

(Imagen: detalle de la portada, Keko)


viernes, 15 de julio de 2011

"Otra dimensión" de Grace Morales.

AnaHTML: Cómo nos reconoceremos? Habrá mucha gente y eso… Se me da fatal moverme en multitudes, creo a veces que me voy a morir y tal…

Prof.Linux: No creo que haya muchas chicas, je je.

AnaHTML: Ya… buf, qué mal… Es que se me da tan mal todo esto…

Prof.Linux: No te preocupes, mira, yo llevaré una camiseta de Linux, vale?

AnaHTML: Bueno, yo me pondré un gorro blanco que tengo con dos pompones…

Prof.Linux: Seguro que nos encontramos.

Si se daba prisa, podía encontrar billete esa misma noche para Sudamérica. Era un buen lugar para los programadores.

La cita en el SIMO fue, como decía su padre, “la apoteosis”. Era la tercera vez que iba a Ifema, conocía de sobra la combinación de autobuses que le dejaba en la explanada frente a los pabellones. Pues a pesar de eso, tomó el metro en dirección contraria, y tuvo que esperar más de quince minutos uno de los autobuses gratuitos que la organización había puesto para llegar al recinto ferial, un autobús hasta los topes de gente como él, entre codazos, empujones y carpetas en las costillas. Lo que pretendía ser un viaje calmado, llegar reposado y sonriente, arreglado con su nueva parka, los zapatos lustrosos y la camiseta del pingüino, se convirtió en una carrera atropellada por llegar a tiempo, sudando a chorros y preso de un ataque de nervios. Cuando por fin alcanzó la entrada principal, a unos veinte metros y medio tropezando, los zapatos llenos de polvo del Parque Juan Carlos I, vio a AnaHTML.

Una chica alta. Más alta que él. Se la veía de refilón, no podía decir desde allí si era guapa. El gorro infantil con orejeras y los pompones colgando. Una mochila a la espalda. Estaba hablando con un tipo con gafas. El tipo llevaba una camiseta de Tux.

Había por lo menos diez tipos con camisetas de Tux.

Hubo un par de segundos en los que Marcos pensó que llegar tarde, equivocarse de metro, perder el autobús, tropezar, sudar de esa manera, todo eso en una persona como él, puntual, pulcra y ordenada, no eran sino señales de que lo de la cita no era buena idea, y lo mejor iba a ser pasar por delante haciéndose el sueco, pretextar más tarde una excusa por email y olvidarse de todo. El tío de las gafas, un moreno bajito de frente despejada, cazadora deportiva, vaqueros y zapatos lustrosos con el que charlaba Ana, él muy animadamente, con una sonrisa de oreja a oreja, era perfectamente intercambiable con Marcos. Ella no se daría ni cuenta.

Pero no lo hizo. Sudando y temblando, se acercó a la pareja y saludó, tan bajito, que Ana no se enteró. Tras carraspear, volver a repetir la frase en voz más alta, - Soy Marcos, habíamos quedado aquí,… yo… el del irc… -. La chica se volvió hacia él, mientras el otro gafas con camiseta de pingüino improvisaba con su mejor sonrisa:

-Qué coincidencia, yo también me llamo Marcos, ¿verdad, Ana? Venga, vamos, que va a empezar la conferencia de Nixdorf -, mientras hacía amago de rodearla con el brazo como un guardaespaldas. - ¿Vamos?-, y le dirigía una mirada de desprecio por encima del hombro.

AnaHTML, perpleja, miró a los dos Marcos. Carita larga, ojos grises y brillantes, labios y dientes finos, mechones de flequillo lacio. Una ratita de biblioteca, muy presumida, 1,70 cms.

-¿Tú no te llamas Marcos, a que no?

-Bueno… Marcos, Marcos, Manuel, Manolo… ¿qué más da? Si lo importante es habernos conocido. Además, yo también estoy en el Irc. Ahora ya… - más sonrisas amarillas.

Un grupo de clones con gafas, mochilas y camisetas se detuvo a pocos metros del trío de vodevil.

-¡Francisco Javier, vamos a hacernos una foto los de la quedada!

Todavía resistió Fco Javier unos segundos, sin decir una palabra, manteniendo la sonrisa y de pie entre la pareja, hasta que los gritos de sus compañeros empezaron a llamar la atención de los guardias de seguridad. Como no pasó un ángel ni cayó un yunque sobre la cabeza del Marcos real, el impostor agachó la cabeza y se fue corriendo, a posar para la foto.

- Qué vergüenza… la gente no tiene dignidad. -Ana miraba a Marcos de refilón, muy tímida. -Casi me muero por la situación. Hola, soy AnaHTML.

Marcos, deshaciéndose en sudores fríos que le resbalaban por la espalda, se creyó morir. A partir de ese momento, perdió la conciencia de sus actos sin necesidad de acudir a las drogas o el alcohol. Las seis horas en los pabellones del SIMO desaparecieron en un segundo. Tal como si hubieran puesto un pie allí dentro a las once y cuarto de la mañana y, como en un montaje cinematográfico, la siguiente imagen fuese la de la pareja saliendo casi de noche, cargada con bolsas llenas de folletos, publicidad, envoltorios y plásticos. En el intervalo, habrían visitado todos los stands, prestando especial atención al nuevo DVD y a las videoconferencias, las maravillas de una conexión a Internet de a 128 kbps, y la presencia de numerosas y prestigiosas empresas de seguridad informática. Y el fin de fiesta, tras hacer una cola interminable, jugar los dos con otros quince forofos, al Quake.

Marcos no recordó nada de la cita los días posteriores, tal era su estado de ensimismamiento y confusión. Igual que si se hubiera emborrachado gravemente, llegó a su casa sin saber de dónde venía, sin poder despegar los labios, pastosos tras una jornada de parlamentos, gritos, preguntas, risas y confidencias. Tras caer en la cama profundamente dormido, despertó al cabo de un par de horas, temblando. De repente recordó todos los detalles de la cita, y se sintió la persona más desgraciada del mundo. Ana no querría volver a verle nunca, y lo más seguro es que todo hubiera sido un broma. Comenzó a llorar y no paró, aunque tenía mucho sueño y ya le dolía la cabeza, pero convencido de que ese gesto trágico iba a ser su despedida, no lo dejó hasta que se hizo de día, cuando salió de la habitación, se preparó un desayuno con un tazón de leche con chocolate, tres bollos de crema y media barra de queso con jamón. Entonces se fue a dormir.

(Parte I, Cap. 3: El Hombre de Mandelbrot. Extracto)

(Imagen: detalle de la portada, Keko)

martes, 22 de febrero de 2011

Barcelona cosa bona.

El periplo de presentaciones de "Los millones" llega por fin a Barcelona. El próximo domingo 27 de febrero, a partir de las 19:30 horas en Freedonia, c/ Lleialtat 6, en pleno barrio del Raval, Santiago Lorenzo será el protagonista de la 7ª sesión de Emergentes y Sumergidos. Una oportunidad única para ver, por la patilla y en pantalla grande, cuatro míticos cortometrajes del autor de "Los millones", "Manualidades" (1992), "Bru" (1989), "Café del Norte" (1995) y "Tiberiades" (1993). Y, por supuesto, el autor hablará largo y tendido con los asistentes a propósito de su debut literario y firmará ejemplares de su aclamada primera novela. Una cita histórica que usted no se puede perder.

sábado, 12 de febrero de 2011

Malagueños todos.


Santiago Lorenzo viaja a la Costa del Sol. Concretamente a Málaga. El autor de "Los millones" presentará su aclamada primera novela este jueves en la Librería Cincoechegaray sita, naturalmente, en la calle Echegaray nº 5. de la capital malacitana. El jueves 17 de febrero a las siete y media de la tarde tiene usted una cita ineludible con el humor, la cultura y el buen rollo.

jueves, 27 de enero de 2011

Es un clamor.


Sí, es cierto, nosotros lo repetimos constantemente: "Los millones" es una auténtica joya. Para nosotros no cabe ninguna duda y parece que el resto del mundo, nos da la razón. Las personas leen "Los millones" encantadas y lo van proclamando por ahí.

Santiago Lorenzo descubría a todos sus fans su querencia irresistible por "el plato de cuchara" desde las páginas del semanario On Madrid, que reivindica con entusiasmo "Los millones" y califica al autor de "hombre del Renacimiento".
Tampoco se quedaba corto nuestro fenomenal compañero Bruno Galindo desde las páginas del suplemento cultura!s de La Vanguardia, "austeridad, humor y belleza" tienen una "presencia central" en toda la obra de Santiago Lorenzo y, por supuesto, en su primera novela.
No es de extrañar que, la semana pasada, el autor haya sido elegido Hombre GQ de la Semana. En la fenomenal revista para treintañeros sin complejos, que destaca que "Los millones" tiene "un lenguaje absolutamente primoroso y un mimo por el detalle y la nostalgia rayanos en lo obsesivo", Santiago Lorenzo se sincera en una entrevista íntima.
En La Nueva España, Eduardo Galán, califica las aventuras y desventuras de Francisco García como "suspense esperpéntico" y se extiende en el elogio a un Santiago Lorenzo "que maneja con tiento e inteligencia a Valle-Inclán, y a Jardiel, y a Azcona".

Ya decimos que son muchos, cada día más, los seguidores de esta novela de las de antes. Por eso, "Los millones" no podía faltar en esas listas que hacen las gentes para destacar lo mejor de cada año. Vean, vean.

Peter Hostile dice en The Sky Was Pink de "Los millones" que es "una historia que por su aparente sencillez te atrapa y te maravilla a medida que avanzas las paginas, y cuando menos te lo esperas resulta que has llegado al final porque no has podido soltar el libro en horas". También han gustado mucho en La Gansterera las andanzas de Francisco García, "uno de los protagonistas más logrados de los últimos años. No lo duden, un libro fetén". Está entusiasmado también con la novela Pablo Sin Bulla y dice que "Los millones" "está muy bien narrada visualmente y con gran riqueza semántica en las frases y las descripciones que están muy trabajadas, siendo evocadoras, humorísticas y dinámicas". Maravilloso, ¿verdad? Pues esperen a leer lo que dicen Stamp en MySofa bajo el título de "La belleza del optimismo" o los muchachos de La Furgoneta Azul. Parabienes, todo parabienes. Ya decimos que esto es un clamor. Lean, por ejemplo, lo que dice Karmele Aguayo: "con un rico, a veces incluso caprichoso vocabulario, muy madrileño y muy ochentero, nada de pedantería y pocos datos, que no le hace ninguna falta redundar en un contexto histórico tan cercano en nuestra memoria para transportarnos a la época y al lugar de una manera que ya quisiera "Cuéntame". Con esta historia Santiago Lorenzo casi, casi rueda una película, finalmente ha escrito una novela y nos ha gustado". Normal, si es que le gusta a todo el mundo. ¿O hace falta repetirlo?

Por eso, lo mínimo que podía ocurrir es que estuviéramos nominados. Y lo estamos. "Los millones" ha sido seleccionada para los premios Notodo.com como mejor novela del 2010. Si tienen un rato, pasen por allí y voten, voten.


Y usted, sí, usted, ¿todavía no ha leído "Los millones"? ¿No le da vergüenza?